25 de noviembre de 2013

Un Final Feliz

El 25 de noviembre de 2013 a las doce de un soleado dia de invierno abandone la casa donde llevaba viviendo 15 años para siempre. Quise hacerlo a esa hora, para poder recordar la casa llena de sol. Porque si algo hubo entre esas cuatro paredes fue siempre mucha luz. 

Al bajar al patio y caminar de camino a la calle, por última vez en mi vida, los recuerdos se me agolpaban en la sien. Tanta música escuchada, tantos libros leídos. Tanto amor tambien. Una casa deja de ser una casa y se convierte en un hogar sin que uno se de cuenta, de la noche al dia. Sin remedio. 

Asi que camine por última vez esos pocos metros y salí a la cegadora luz del sol. Una nueva vida, una nueva casa, un nuevo hogar me esperaba al otro lado de la intimidad que encontré en aquel apartamento del barrio de Prosperidad. Soy una persona que se aferra a lo material, que encuentra espiritualidad en los objetos. Y vaya donde vaya, siempre un trozo de esta colección de ladrillos estará conmigo. 

Y recuerdo que lo último que pense al salir del portal a la calle fue que pase lo que pase, tenía que sonreír por haber sobrevivido. Un día, hace años ya, pense que moriría de pena entre estos muros. Las heridas que llevamos permanecen, pero el dolor se esfuma poco a poco. 

Esta noche dormiré con otro techo sobre mi cabeza. Pero Jesus Jeronimo va conmigo a donde quiera que vaya. 

No lloro por mi. Lloro por la gente y los recuerdos que se quedan en estas paredes, en este suelo, en este césped. 

Yo, mientras tanto, sigo fluyendo.